En la foto Argenis Acuña. 21-Marzo-1988
Argenis es un hombre sencillo y humilde. Dios me dio la oportunidad de conocerlo a través de uno de esos milagros que ocurren, en la vida y de los cuales, uno siempre tiene un bonito recuerdo.
Era el mes de octubre de 1.997, cumplía mi tercer año como dirigente sindical, y confrontaba las clásicas disputas intrasindicales.
Antes de estrecharle mi mano por primera vez, ya me habían hablado mucho de él, lamentablemente, no de sus grandes virtudes, conocimientos y dotes de dirigente sindical que posee y cultiva; sino de apreciaciones muy subjetivas y carentes de valor humano y sensibilidad social; llenas de envidia, rabia y encono.
Como desde niño aprendí, que uno no debe dejarse llevar por lo que le dicen de las personas; a escondidas de los detractores de Argenis, empecé a indagar de fuentes más objetivas y más confiables, quién era ese del que tanto hablaban.
En ocasiones, me endilgaron, que yo sostenía contactos secretos con Argenis, pues ante una intervención de mi parte en alguna reunión, el nombre de Argenis, surgía de bocas lisonjeras y la cizaña en su contra, a modo de desprestigio, se hacía presente, con la pretensión de desvirtuar mis argumentaciones.
Recuerdo que fueron muchas las veces que me acusaron de haber sostenido reuniones con Argenis, donde según me asesoraba como dirigente sindical; nada más lejano de la realidad y cuanta falta me hizo, en ese momento.
Pero al margen de esas bajezas humanas urdidas en contra de Argenis, mi interés por conocerle y oírlo, fue in crescendo, al punto que una tarde de un viernes, decidí ir a conocerle, en el lugar donde laboraba, que era el Palacio de Justicia, de la ciudad de Valencia del estado Carabobo.
Llegué a eso de las tres de la tarde, al Palacio de Justicia, cerca de la hora de salida del personal de los tribunales penales, a ese encuentro fui en compañía de otro buen amigo, quien ya lo conocía previamente. Al subir al primer piso, en medio del pasillo, el amigo; me presentó formalmente al compañero Argenis Acuña, y nos dimos un fuerte apretón de manos y un abrazo. Recuerdo, que mis primeras palabras hacia Argenis, fueron “al fin tengo el honor de conocerlo en persona, pues de Usted, me han hablado mucho”
Argenis como respuesta me extendió una amplía sonrisa, y me dijo “yo también he oído hablar de ti”. De inmediato iniciamos una conversación en principio exploratoria, después de conocimiento y de análisis objetivo de la realidad laboral de los trabajadores tribunalicios, para ese entonces, y de la organización sindical, en la que militaba. Argenis es un hombre lleno de sabiduría que los años y la experiencia como Dirigente Sindical, le han conferido.
Ese primer encuentro, marcó una Amistad, que ha perdurado a través de los años, basada en el mutuo respeto, la discrecionalidad y la solidaridad de compañeros y, con la fuerza de la verdad dio al traste cualquier habladuría y cizaña.
Argenis me ha enseñado con el tiempo a ser un buen dirigente sindical, sus palabras de aliento, su conocimiento profundo del Movimiento Sindical y de los Trabajadores, lo hacen un ser que no tiene comparación en toda la historia del Movimiento Sindical Tribunalicio.
Argenis tiene en su historia de vida, el ser el Presidente Fundador de la Organización Nacional de Trabajadores Tribunalicios (ONTRAT), hoy Sindicato Unitario Organizado Nacional de Trabajadores de la Administración de Justicia (SUONTRAJ), fundado el 5 de marzo 1.988 y registrado el 15 de marzo de ese mismo año; impronta que lo hace merecedor de un Reconocimiento Especial, por parte de todas la generaciones de sindicalistas, que en el curso de veinte y tres años, han militado y transitado por nuestro Sindicato.
No se puede escribir la historia del Movimiento Sindical Tribunalicio, sin que la figura de Argenis resplandezca en el horizonte de su legado dado a dirigentes sindicales, de todas las generaciones posteriores.
Argenis es un Amigo, un Compañero, Un Hermano y Un Maestro. Es un ser de una altísima calidad humana, noble y humilde, en su forma de pensar y de actuar.
Un Esposo, Un Padre de Familia y Un Abuelo, admirado por sus seres queridos y familiares.
Argenis es un hombre reflexivo que se alegra con sus triunfos laborales y personales, pero no rehúye reconocer sus errores, los cuales siempre está presto a corregir.
Argenis en los tiempos difíciles, se hace grande y sabe afrontar con hidalguía cualquier adversidad que se le presente, no retrocede ante la amenaza de sus principios morales e ideales de vida.
Argenis es un hombre integral, que se asume cada día como lo que es un Revolucionario, que cuando duerme sueña con un Mundo Mejor y Más Humano, para todos y en especial para la Clase Trabajadora Explotada.
¡Argenis, Gracias! Por ser mi guía en situaciones tan complejas que he tenido que vivir. Tu hombro solidario de hermano de clase, tus palabras orientadoras y sabias, me han hecho comprender, que sino existieran seres como Tú, este mundo estaría completamente perdido y en peligro.
Gracias por enseñarme la lealtad, la solidaridad de clase y sobre todas las cosas, te agradezco que me hayas enseñado a ser mejor persona y mejor sindicalista. Gracias y mil veces gracias Argenis.
Dios te bendiga.
Por: Luis M. Galviz*
*Abogado, Trabajador Social, Presidente del SUONTRAJ y Secretario Ejecutivo de la Confederación Latinoamericana Trabajadores del Poder Judicial (CLTPJ)
