COMITÉ DIRECTIVO NACIONAL

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COMITÉ DIRECTIVO NACIONAL DEL SUONTRAJ

19 abr 2011

La Justicia Revolucionaria


La presidenta del TSJ afirmó que la separación de poderes
estaba superada porque el Estado era uno
Por: Héctor Silva Michelena




Nikolai Vasilievich Krylenko (1885-1938) fue un revolucionario bolchevique y un político soviético. Krylenko sirvió en muchos puestos en el sistema legal de entonces, y debido a su ímpetu revolucionario llegó a ser Comisario de Justicia Popular y autoridad acusatoria (fiscal) general de la Federación Soviética.
Fue un exponente de la legalidad socialista y la teoría de que las consideraciones políticas, en lugar de la culpabilidad penal o la inocencia, deben guiar la aplicación de la pena.
Aunque participó en los juicios espectáculo y la represión política de los años 1920 y 1930, fue finalmente arrestado durante la Gran Purga. Tras el interrogatorio y la tortura por la NKVD, Krylenko confesó su participación en el derribo y la agitación anti-soviética.
Fue condenado a muerte por el Colegio Militar del Tribunal Supremo soviético, en un juicio que duró 20 minutos, y ejecutado inmediatamente después. Cría cuervos...
Este señor, basado en el criterio único según el cual el Comité Ejecutivo del Soviet (VZIK) perdona y condena sin limitación alguna, sostenía que "nuestro sistema se distingue benignamente de la falaz teoría de la separación de poderes, de la teoría de la independencia judicial".
Soljentsin afirma que para Krylenko el cometido general del Tribunal de Justicia Soviético debía ser "simultáneamente creador de Derecho e instrumento de política".
Este gran inquisidor predicaba así: "no me vengan con que nuestros tribunales, en su trabajo, se han de atener exclusivamente a normas escritas ya existentes. Estamos viviendo en el proceso de la Revolución...". Y cual blanca paloma concluye: "estamos creando un Derecho nuevo y normas éticas nuevas".
A fines del año pasado, se desgañitaba para convencernos de que ninguna Constitución es eterna, que puede ser modificada según lo exija la revolución. Poco después salieron de sus cuevas sus títeres: la presidenta del TSJ afirmó que la separación de poderes estaba superada porque el Estado era uno y único, un solo poder; tras de ella se activaron las cuerdas de la presidenta de la AN, para decir que eso era necesario; y poco después el inefable ideólogo Carlos Escarrá manifestó su apoyo a la opinión de esas dos proceras señoras, y coincidió con la lúcida conciencia jurídica del señor Presidente, y su sueño insomne.
Y hace poco, el PSUV, en una importante reunión político-electoral, se definió como un partido marxista, y uno de sus voceros sostuvo que serían muy rigurosos en la aplicación de nuevas normas éticas a los militantes, viejos y nuevos.
Esto es una contradicción en los términos, porque para Marx la ética no era más que "prejuicios pequeñoburgueses"; además como Marx y seguidores sostienen que ellos están aplicando una ciencia, cuyas leyes históricas condenan al capitalismo a convertirse en comunismo, ¿entones, para qué se necesita una ética? Krylenko tiene dolientes en Venezuela.

FUENTE: TAL CUAL