COMITÉ DIRECTIVO NACIONAL

COMITÉ DIRECTIVO NACIONAL
COMITÉ DIRECTIVO NACIONAL DEL SUONTRAJ

15 abr 2011

LA DICTADURA JUDICIAL




Por: Luis M. Galviz*
 
La dictadura judicial implantada en el Sistema de Administración de Justicia de Venezuela, en el último trienio (2008-2010), se encuentra en pleno apogeo. Los derechos de los trabajadores tribunalicios, para la Dirección Ejecutiva de la Magistratura – DEM-, han pasado a un total estado de desconocimiento.
La DEM, pareciera haber resuelto la grave crisis laboral y salarial  de los tribunalicios activos, jubilados y pensionados, aplicando la política del silencio y de oídos sordos ante ya los constantes reclamos de mejores condiciones de trabajo y la exigencia de salarios dignos y decentes.
La coerción y la coacción institucional, concretada en despidos injustificados de dirigentes sindicales y trabajadores, desde el año 2.008, ha sido su arma preferida, al extremo que poco importa que sé esté investido de fuero sindical, fuero maternal, fuero paternal, inamovilidad laboral o estar de reposo médico; porque de igual forma se materializa el despido, alegándose una ficción jurídica, que califica el cargo que se desempeñe como de confianza y por ende de libre nombramiento y remoción del Director Ejecutivo de la Magistratura, de Jueces Rectores y Presidentes de Circuitos Judiciales.
La represión hacia los trabajadores, abarca también el derecho humano de la libertad de expresión; se han dado casos, en todo el país, en los cuales se les confisca durante toda la jornada de trabajo, los teléfonos móviles celulares a los trabajadores a su ingreso al sitio de trabajo, tampoco se les permite recibir o hacer llamadas desde el teléfono asignado al Tribunal o dependencia administrativa y tienen prohibido cualquier tipo de intercambio verbal entre compañeros de trabajo, que no sea en ocasión al trabajo, so pena de ser sancionados disciplinariamente, por los superiores inmediatos.
Las organizaciones sindicales, tienen prohibido mediante Circular la convocatoria de Asambleas de Trabajadores, en las dependencias del Poder Judicial y Oficinas Administrativas, durante la jornada laboral, sino media un permiso discrecional de las autoridades judiciales o administrativas.
Los trabajadores son obligados a prestar sus servicios personales, en sedes inadecuadas, que no cuentan con las exigidas condiciones de seguridad, salud e higiene en el trabajo, previstas en la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y del Medio Ambiente de Trabajo (LOPCYMAT).
Todo lo que ocurre puertas adentro del Poder Judicial contra los trabajadores de la justicia; es una realidad que se está dando en el país nacional, cada vez más acentuada.
La actual gestión de la DEM, ha mostrado una insensibilidad tal hacia los derechos de los tribunalicios, que en el escenario latinoamericano no tiene comparación, por ahora.
Por supuesto, la dictadura judicial se expresa bajo una fachada de legalidad e institucionalidad, que le permite ejercer la coerción y la fuerza pública, lamentablemente en contra de los propios trabajadores judiciales, cuando organizados en sus sindicatos o a titulo individual, exigen el cumplimiento de algún derecho o beneficio de índole laboral.
Los tribunalicios deben y necesitan concienciarse en el sentido, de saber y entender, que la lucha no se reduce a lo meramente reivindicativo, sino que se amplía a la necesidad también de tener el pleno goce y disfrute de todos los derechos establecidos en la Declaración de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas de 1.948.
Los opresores de todos los tiempos, siempre están conscientes de la dominación y del miedo que inspiran sobre los oprimidos, pues no tienen a menos aplicar el poder público, que la ley, de manera fraudulenta les otorga, para reprimir por igual a ciudadanos, como a trabajadores.
Sí los tribunalicios de hoy, asumieran una actitud firme de defensa no tan sólo de sus beneficios económicos, sino también de sus derechos humanos, tales como a la libre expresión, a la libertad de consciencia, a la libertad sindical, al cuidado de su salud laboral, a la libre asociación, a laborar en sitios dignos y al sano crecimiento y desarrollo personal y familiar; harían que la dictadura judicial se detuviera, retrocediera o cayera.
Algunos trabajadores piensan, que la exclusiva responsabilidad de luchar en contra de la dictadura judicial descansa sólo en las directivas de los sindicatos plurales, progresistas y democráticos, que por supuesto juegan un papel estelar en la lucha; pero olvidan que los sindicatos sin una base de trabajadores que respalden las acciones y actividades que convocan éstos, jamás tendrán la fortaleza, para vencer a la dictadura judicial, por lo que necesario es que los tribunalicios asuman en lo individual, la cuota de responsabilidad que tienen en la lucha por más y mejores derechos sociales y económicos y por la defensa a ultranza de los Derechos Humanos.
La crítica a los sindicatos, que permite derrotar a la dictadura judicial, no es aquella que busca la destrucción física y espiritual de los dirigentes sindicales y de la institución sindical; sino es aquella dirigida, en la que en primer lugar el crítico se convierte en protagonista de la lucha sindical, aportando ideas para el fortalecimiento de la institución sindical y es participante militante y directo de las acciones que son convocadas por el sindicato al cual está afiliado, y en segundo lugar, la crítica debe provenir de alguien que este plenamente consciente de las ventajas y limitaciones que tienen las organizaciones sindicales, en su lucha perenne contra la dictadura judicial.
No hay que olvidar que la dictadura judicial, tiene su propio sistema de represión y su sistema ideológico de dominación, lo cuales son aplicados en forma simultánea.
Detengámonos, en el sistema ideológico de dominación de la dictadura judicial. Así como desde el principio de las luchas sindicales, siempre han existido dirigentes sindicales y trabajadores, conscientes de la clase a la que pertenecen y son aguerridos y sacrificados en su lucha por sus derechos; también ha existido un sector minoritario, que aunque son trabajadores, se han dejando alienar ideológicamente por los patronos; estos son los famosos “esquiroles o rompehuelgas o agentes patronales encubiertos”.
Generalmente las criticas destructivas hacia el movimiento de los trabajadores y sus sindicatos plurales, democráticos y progresistas provienen desde ese sector minoritario, que a cuenta de recibir alguna dádiva patronal o en búsqueda de poder institucional, son los encargados en concreto de aplicar la dictadura judicial, y además fungen como agentes patronales encubiertos que se filtran en la masa de trabajadores para confundirlos y dividirlos y para atacar a las dirigencias sindicales que mantienen posiciones frontales en contra de la dictadura judicial.
Ahora bien, cómo ha sido posible que la dictadura judicial, tenga presencia en todo el ámbito nacional; la explicación a ello, es que en todos los estados del país hay “esquiroles o rompehuelgas o agentes patronales encubiertos”, que a la distancia cumplen con las políticas sistemáticas de dominación, represión y coerción de los trabajadores tribunalicios, ordenadas por la dictadura judicial
En estos tiempos, la lucha sindical no es sencilla, pero es la única que puede permitir que los tribunalicios gocen de un empleo digno y decente, bien remunerado y donde sus Derechos Humanos, sean respetados en su integridad
Seamos conscientes, pues que la única Lucha que se pierde, es la que se abandona. Sigamos en nuestra lucha contra la dictadura judicial, hasta vencerla. 
   
*Abogado, Trabajador Social, Presidente del SUONTRAJ, Secretario Ejecutivo de la Confederación Latinoamericana de Trabajadores del Poder Judicial (CLTPJ)