COMITÉ DIRECTIVO NACIONAL

COMITÉ DIRECTIVO NACIONAL
COMITÉ DIRECTIVO NACIONAL DEL SUONTRAJ

19 abr 2011

CONTRADICCIONES DE LAS CORRIENTES SINDICALES DEL CHAVISMO Y LA POLÍTICA ANTISINDICAL DEL GOBIERNO SOCIALISTA Y BOLIVARIANO.



Por: Luis M. Galviz*


En Venezuela, dentro de ese complejo almácigo ideológico que es el Chavismo; han proliferado varias corrientes o tendencias sindicales, cuya pretensión ha sido reorganizar a la clase trabajadora venezolana, para el fortalecimiento y consolidación de la llamada “Revolución Socialista y Bolivariana”  que no es otra que la concebida por el actual gobierno.
La propuesta primigenia antes que el Chavismo, se convirtiera en gobierno en 1998 y en los tres primeros años de vigencia del mismo, era la creación y constitución de un Frente Bolivariano de Trabajadores (FBT), que aglutinara en su seno, a los sindicalistas y sindicatos, disconformes con la otrora poderosa CTV (Confederación de Trabajadores de Venezuela) y con las otras centrales sindicales minoritarias existentes en el país (CGT, CODESA, CUTV).
La tarea de organizar al FBT, estuvo en las manos fundamentalmente, al principio de tres ex sindicalistas de izquierda, quienes habían sido electos diputados, en el último Congreso Nacional de la denominada IV República, en esos primeros pininos, los acompañaron también otros sindicalistas de poco renombre, para la época.
Hay que destacar que la idea de constituir el Frente Bolivariano de Trabajadores (FBT), surgió del entonces candidato a la Presidencia de la República de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías; quien para 1997, ya le venía haciendo la propuesta de su constitución a sindicatos y federaciones de izquierdas, con un historial de luchas por las reivindicaciones de los trabajadores frente a los gobiernos, que se turnaron el Poder Político, por cuarenta años.
Una vez que el Chavismo, arribó al gobierno; el 3 de marzo de 1.999, decretó la suspensión de todas la negociaciones colectivas de trabajo y convocó a un referéndum sindical el 3 de diciembre de 2.000, que contó con poca participación de electores; desde entonces el Poder Político del Chavismo, empezó a dar forma al piso, sobre el cual el Frente Bolivariano de Trabajadores (FBT), participaría con poco éxito en las elecciones de la CTV, realizadas en el año 2.001; donde resultó triunfadora la formula presentada por el Partido Acción Democrática (AD), y donde el Chavismo, recibió un revés del cual, no pudo recuperarse; optando luego por la constitución de una nueva Central Sindical paralela a la CTV, como se verá más adelante.
En el ínterin sindicalistas, provenientes de las filas de los partidos tradicionales (AD, COPEI, BR, MAS, MEP; CAUSA R  y URD), vieron una oportunidad de ganar posiciones sindicales, alineándose con el partido de gobierno y vinieron a engrosar las huestes sindicales Chavistas.
El 5 de Abril del 2003, se proclamó en un acto en Caracas, la creación de una nueva central sindical, formada por la Fuerza Bolivariana de Trabajadores (FBT), Autonomía Sindical (AS) y el Bloque Sindical Clasista y Democrático de Carabobo. Y, entre el 1 y 2 de agosto del 2003, también en Caracas se realizó el Congreso Fundacional de la Unión Nacional de Trabajadores de Venezuela (UNT), naciendo así una central sindical totalmente afecta y vinculada al oficialismo gobernante.
En el sindicalismo chavista, convergen las siguientes corrientes: La Fuerza Socialista Bolivariana de Trabajadores (FSBT), Autonomía Sindical Socialista (ASS), Colectivo de Trabajadores Revolucionarios (CTR), la Corriente Cruz Villegas; Movimiento Revolucionario Alfredo Maneiro, Marea Socialista (producto de una división de la ex corriente sindical chavista Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma (CCURA), ahora militante de la oposición al gobierno) y el Frente de Educadores Bolivarianos, y posiblemente otras que por ahora, no se han hecho públicas.
Se ha observado, que lo único que esas corrientes tienen en común es su admiración, devoción e incondicionalidad a la figura del actual Presidente de la República, a quien apoyan independientemente de las ejecutorias de éste. Pero, en el intríngulis sindical, se aprecia un encarnizado enfrentamiento entre las distintas corrientes, por imponerse unas a las otras. De las visibles siete tendencias sindicales, han surgido al menos dos bloques: 1) El conformado por la Fuerza Socialista Bolivariana de Trabajadores (FSBT) que suma a la de Autonomía Sindical Socialista (ASS) y al Movimiento Revolucionario Alfredo Maneiro y 2) El compuesto por el Colectivo de Trabajadores Revolucionarios (CTR), la Corriente Cruz Villegas, Marea Socialista  y el Frente de Educadores Bolivarianos.
Los dos bloques sindicales, hacen vida a lo interno de la debilitada y casi disuelta Unión Nacional de Trabajadores de Venezuela (UNT), pero en una pugna permanente por lucir protagonistas frente al Jefe de Estado, quien pareciera prestarles poca atención, a uno u otro.
El primero de agosto de 2.008, en el Teatro Municipal de la ciudad de Caracas, se concentraron miembros de las corrientes sindicales de la Fuerza Socialista Bolivariana de Trabajadores (FSBT), Autonomía Sindical Socialista (ASS) y del Movimiento Revolucionario Alfredo Maneiro, para fundar la Central Socialista de Trabajadores y Trabajadoras de Venezuela (CST). Argumentando que la Unión Nacional de Trabajadores de Venezuela (UNT), fundada en oposición a la CTV; se fraccionó en varias corrientes sindicales, y está secuestrada en su dirección por dirigentes que manipulan a los trabajadores aplicando técnicas y tácticas que en su momento fueron implementadas por la CTV, contra los trabajadores.
Sin embargo, el Ejecutivo Nacional todavía no le ha otorgado la legalidad para su funcionamiento a la Central Socialista de Trabajadores y Trabajadoras de Venezuela (CST), por lo que su existencia jurídica no se ha perfeccionado.
No obstante, que lo anterior se refiere al aspecto formal, en lo esencial, el movimiento sindical chavista aglutinado ahora en la UNT y en la CST, arrastra las mismas contradicciones ideológicas y de acción, que no le han permitido articular al Gobierno Nacional, un Aparato Sindical que se convierta en mayoritario y representativo de los trabajadores, y catalizador y filtro de los conflictos laborales en boga en Venezuela.
La CST, esta definida como de corte Marxista-Leninista, pues la mayoría de los integrantes de la Fuerza Socialista Bolivariana de Trabajadores (FSBT), vienen de partidos de izquierda o de ultra izquierda inspirados en esa filosofía, pero también tienen en su seno a ex sindicalistas copeyanos, que a modo de rémora, se mantienen en ese bloque sindical, con la intención de obtener poder político y sindical.
Por su lado, la UNT, presenta una configuración parecida, pues la Corriente Sindical Cruz Villegas de la CUTV, comparte la filosofía Marxista- Leninista, y tienen dentro de sí también a ex copeyanos devenidos en chavistas radicales; pero se diferencia sólo en que al menos una de las corrientes que la componen se encuentra influenciada por la filosofía  trotskista, aquella heredada de León Trotsky, que se contrapone al Marxismo-Leninismo.
Ante las contradicciones de las corrientes sindicales del Chavismo, el Partido Unido Socialista de Venezuela (PSUV), ha pretendido reconciliarlas en un Frente Socialista de Trabajadores, (un poco retomando la propuesta inicial del propio Presidente de la República, cuando en 1997, lo llamaba Frente de Trabajadores Bolivarianos) que funciona y se reúne en la propia Casa del Partido; en dicho Frente, en cada una de las reuniones sostenidas, han quedado plasmadas las diferencias cada vez más enraizadas entre los estilos, planes de acción y entre los principales voceros y representantes de las tendencias; lo que le ha impedido al PSUV, dar su visto bueno para la creación de una Coordinación Nacional Sindical estructurada y disciplinada, que le permita a ese Partido,  engranarse y articularse con el movimiento sindical y de los trabajadores de Venezuela.
Es decir, el movimiento sindical chavista, se encuentra inmerso en su propio mundo de contradicciones, con pocos avances y muchos retrocesos, en su objetivo general de coadyuvar en la implantación y construcción de una sociedad socialista, no prevista, por cierto, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y rechazada por el pueblo electoral el 2 de diciembre de 2.007, en el Referéndum Constitucional que fue convocado, para modificar la Carta Fundamental de Venezuela.
Once años, han transcurrido, desde el 3 de septiembre de 2.000, cuando el Presidente de la República Hugo Chávez, decretó la muerte de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), y aunque en esa fecha el Jefe de Estado, le asigno la misión de enterrar a la CTV a la Fuerza Bolivariana de Trabajadores, creada por el mismo, los esfuerzos del aparato gubernamental y de la Fuerza Bolivariana de Trabajadores (hoy, Frente Socialista de Trabajadores), han sido infructuosos e inútiles en la consecución de la tarea encomendada; puesto que a pesar que la CTV, ha sido objetivo de destrucción desde el principio, por parte del actual Gobierno, y no obstante presentar cierto debilitamiento en su estructura interna, generada por las contradicciones propias de un espacio de pluralidad y democracia, y ante el desconocimiento generalizado desde las altas esferas del Gobierno Nacional, hacia la CTV; la misma, luego de la desagradable experiencia del año 2002, pareciera, haber replanteado sus objetivos de lucha y funcionamiento, y sus distintos voceros, representados por los miembros de su Comité Ejecutivo, dan muestra que la CTV, no está demolida ni mucho menos enterrada; en todo caso sacudida por la atroz política antisidnical y antiobrera, dirigida y orquestada, para debilitar y neutralizar, no tal solo a la CTV, sino a todo el Movimiento Sindical Organizado de los Trabajadores de Venezuela; pues como en forma errática lo afirmara un alto directivo del PSUV, en su momento y en una clara delación de los verdaderos propósitos del Socialismo del Siglo XXI, cuando expresó “Los sindicatos no tienen razón de ser en el Socialismo”.
De esta errónea expresión del PSUV, se puede inferir que dentro de los planes del Socialismo del Siglo XXI, las centrales, federaciones y sindicatos de trabajadores, así como los dirigentes sindicales, no juegan un rol estelar y mucho menos de protagonista, en las transformaciones hacia una sociedad socialista que pretende el actual Gobierno Nacional; y de allí la mayor de las contradicciones intrínsecas, que como un virus se encuentra inoculado en todo el movimiento sindical chavista, pues este movimiento en realidad conforma la Política Antisindical  patrocinada, aupada y legalizada por el Ejecutivo Nacional; es decir la razón en el fondo para que el Ministerio del Poder Popular para el Trabajo y la Seguridad Social (MINPPTRASS), haya legalizado a la UNT y a un gran número de federaciones y sindicatos paralelos, es para que cumplan la Política Antisidnical Gubernamental, que no es otra que neutralizar o eliminar al sindicalismo venezolano, autónomo, independiente, plural, democrático y progresista.
De esta Política Anti-sindical, también se deriva la procura de todo el Aparato Estatal, para que las Centrales, Federaciones y Sindicatos del sector público, no afectos al oficialismo, no sean reconocidos por las autoridades públicas y las empresas del Estados; y de ello, los innumerables obstáculos que son puestos a esas organizaciones sindicales en sus procesos eleccionarios internos, por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE), así como del propio  Ministerio del Poder Popular para el Trabajo y la Seguridad Social (MINPPTRASS), con el objetivo político de restarles representación sindical y capacidad de accionar en procura de mejores salarios y condiciones de trabajo, en especial en el sector público.
Aunque las comparaciones, no siempre son buenas, es bueno recordar la manera como fue reorganizado el movimiento sindical en la Isla de Cuba, luego del triunfo de su revolución en 1959;  en un documental  realizado con apoyo de la organización sindical sueca SAC y la coproducción y distribución a cargo de la Asociación Sin Visa, se desprende como se neutralizó a los sindicatos cubanos.
 Ver documental en:
Señala el referido documental que en el mes de enero del año 1959   empezaron las confiscaciones, la represión, los encarcelamientos, los  fusilamientos, la  destrucción del sistema sindical  de la C.T.C.
La Política Anti-sindical Cubana, se inició con la supresión del Derecho a realizar huelgas de trabajadores y la creación de un Departamento Especial para monitorear a los dirigentes sindicales y sus vinculaciones con personas de origen  extranjero; en el Ministerio del Interior de la República de Cuba.
Según el documental, el 18 de enero de 1960, fueron fusilados los sindicalistas: Luis Orio Méndez Pérez, William le Santé Naser y Julio Casielles Amigo.
 El ex miembro del Comité Nacional de la CTC. (Central de Trabajadores de Cuba) entre 1989 y 1997,  Joel Brito, relató en el documental cómo se aplicó la represión contra el sindicalismo independiente, el 4 de diciembre de 1987.
Señala que fueron despedidos de sus puestos de trabajo 132 trabajadores por  “atentar contra los intereses del trabajo.” y otros fueron sentenciados a largas penas de prisión, por tratar de defender los derechos de los trabajadores, ellos son: Pedro Pablo Álvarez Ramos, (condenado a 25 años de cárcel),  Iván Hernández Carrillo (condenado a 26 años), Miguelito Galván (condenado a 25 años), Héctor Raúl Vallas (condenado a 14 años), Carmelo Díaz Fernández, Nelson Molinet Espino, Lázaro González Adán.
En la actualidad en Cuba el Secretario General de la CTC debe ser miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba; y existe la prohibición de crear núcleos sindicales entre los obreros o empleados cubanos en empresas extranjeras que operan con permiso del gobierno en Cuba
Uno de los entrevistados: Jorge Vals declaró que “los actuales sindicatos cubanos son más similares a los alemanes durante la época de Hitler o a los españoles bajo el poder del Generalísimo Franco,”
Por supuesto, aún persisten diferencias notables entre la realidad sindical venezolana y la que actualmente existe en la República de Cuba; sin embargo, en su forma incipiente subyace en el Gobierno Bolivariano y Socialista, la intencionalidad de suprimir al sindicalismo que no se someta a las directrices y líneas del PSUV, y prueba de ello es la evidente Política Anti-Sindical que el Ejecutivo Nacional desarrolla en el ámbito de todo el país.
Como corolario, hay que estar pendiente del futuro de las organizaciones sindicales, ya bajo amenaza con la promulgación de una Ley Especial de Consejos de Trabajadores Socialistas y con lo que surja de la reforma de la Ley Orgánica del Trabajo, actualmente en análisis por parte de la Asamblea Nacional, además es posible que se profundice la Política Anti-Sindical generada por el Gobierno Nacional, para tratar de quitar del camino el último gran obstáculo que tiene en la construcción al socialismo del siglo XXI, que no es más que una clase trabajadora depauperada, que cada día reclama con más fuerza sus derechos, un trabajo digno y decente, en un país mejor, de tolerancia y diálogo social. 

*Abogado, Trabajador Social, Presidente del SUONTRAJ, Secretario Ejecutivo de la Confederación Latinoamericana de Trabajadores del Poder Judicial y Coordinador de la Red de Judiciales de la Sub-Región Andina de la Internacional de Servicios Públicos (ISP)