COMITÉ DIRECTIVO NACIONAL

COMITÉ DIRECTIVO NACIONAL
COMITÉ DIRECTIVO NACIONAL DEL SUONTRAJ

6 jun 2011

PROSPECTIVA SINDICAL VENEZOLANA


Por Luis Martín Galviz*


En un contexto general la sociedad venezolana confronta grandes cambios y transformaciones políticas, sociales, económicas, jurídicas y laborales, impulsados por el actual gobierno instaurado a partir de las elecciones presidenciales de 1.998, y luego devenido dizque en Bolivariano y Revolucionario y recientemente autocalificado como Socialista.
Han transcurridos casi doce años desde que el gobierno autoproclamado Bolivariano, Revolucionario y Socialista ejerce de manera absoluta el Poder Político; matriz de todos los cambios propuestos y ejecutados en la sociedad.
Siendo el cambio de mayor transcendencia, la vigencia de una nueva Constitución Nacional, surgida de una Asamblea Nacional Constituyente, convocada por el gobierno nacional, a través de un referéndum.
Al principio solo se planteó un cambio de gobierno, es decir un cambio de los gobiernos de los partidos llamados tradicionales (AD y COPEI) a otro de tinte Bolivariano y de tendencia Cívico-Militar.
Posteriormente, se le dio un cariz dizque Revolucionario al gobierno, sin ideología o base filosófica, que sustentara tal carácter supuestamente Revolucionario.
Y en el año 2.005, se adoptó la ideología del Socialismo del Siglo XXI, como la panacea llamada a solucionar todos los problemas presentes en la sociedad venezolana.
Desde esa plataforma político-ideológica , el gobierno nacional ha impuesto cambios, que ya no plantean el simple cambio de un estilo de gobernar por otro, sino que va más allá.
Ahora, se impulsa y reimpulsa el cambio de un modelo de sociedad democrática por un modelo socialista, autoritario, militarista y totalitario.
Y, todo esto sucede ante la mirada impasible de una sociedad, que siempre ha dejado hacer a los gobiernos de turno y que solo in extremis actúa en su defensa.
El mundo sindical en Venezuela, ha sido y es el blanco predilecto del gobierno nacional que desde el principio ha puesto la mira telescópica de sus baterías hacia el movimiento sindical organizado de manera previa a la imposición de la Revolución Bolivariana y Socialista.
De allí se desprende toda la Política Antisindical y Antiobrera que en forma sistemática despliegan todos los Poderes Públicos, contra las organizaciones sindicales, sobre todo del sector público.
El sindicalismo en el sector público venezolano, es uno de los mejores preparados, dado que sus principales cuadros tuvieron la oportunidad de formarse en el ámbito sindical, tanto en su teoría como en su praxis.
El actual gobierno nacional, al principio pretendió controlar al movimiento sindical sirviéndose de las estructuras sindicales que lo componen y por ello participó con una plancha propia en el año 2001, en las elecciones de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), resultando derrotado.
Luego, inició una estrategia de paralelismo sindical a nivel confederal y en los sindicatos de base, el cual contó con todos las prerrogativas gubernamentales para su registro y actuación legal, con el objetivo de debilitar al movimiento sindical defensor de los derechos de la masa de trabajadores y tratando de incorporar a esos sindicatos paralelos a la estructura del partido de gobierno, con fines de índole estrictamente políticos y alejados de las reivindicaciones y derechos laborales.
Ahora, no reconoce al movimiento sindical autónomo e independiente, y ni siquiera a sus propios sindicatos paralelos subordinados al Estado Patrono Represor, con la intencionalidad de dejar ver a los trabajadores, que la figura del sindicato como defensor de los derechos de los trabajadores, en un sistema o modelo socialista, no tiene razón de ser.
Para la nueva burocracia socialista enquistada en todos los Poderes Públicos, la institución sindical como instrumento de lucha de los trabajadores, es considerada contrarrevolucionaria, por tal motivo su neutralización e incorporación al sistema socialista que se pretende imponer en Venezuela, se ha convertido en un objetivo político del gobierno nacional.
El tiempo es un factor, que la burocracia socialista tiene siempre presente, en sus planes de control absoluto del movimiento sindical, y aplicando una vieja estrategia patronal, que no es otra que jugar al desgaste; ha logrado con relativo éxito restar fuerza a los sindicatos en sus justas reclamaciones a favor de los trabajadores.
En el nuevo modelo socialista, que se viene implantando en Venezuela, los sindicatos, dejarán de ser instrumentos de lucha, para convertirse en órganos de control político y de vigilancia hacia los trabajadores, puesto que como a criterio de la burocracia socialista, en el socialismo no existen contradicciones de clases, el sindicato como institución solo debe cumplir la función de vigilar y controlar que los trabajadores cumplan con sus respectivas cuotas de producción, bajo condiciones de explotación laboral, que jamás serán reconocidas por el Estado Patrono.
La burocracia socialista, ya ha prohibido en toda la Administración Pública, la discusión y firma de nuevas convenciones colectivas, el otorgamiento de bonos y aumentos salariales, sin la anuencia previa del Jefe de Estado. Esta especial circunstancia, ha colocado a los sindicatos del sector público en contra de un muro de fusilamiento, pues sin no hay negociación colectiva, tampoco hay libertad sindical.
El Estado Patrono, principal empleador en Venezuela, fundamentalmente sólo ha autorizado incrementos unilaterales al Salario Mínimo, sin siquiera consultar a las organizaciones sindicales que le son afectas.
En lo que respecta al funcionamiento interno de los sindicatos autónomos e independientes, este se ha visto seriamente afectado por el control estatal que el llamado Poder Público Electoral, mantiene desde hace doce años sobre sus procesos internos de renovación de sus cuadros directivos, lo que ha conllevado a que muchos sindicatos se encuentren al margen de la legalidad socialista imperante, y por supuesto a merced del Estado Patrono.
La burocracia socialista, viene aplicando aquella conseja que indica que hay que cambiar las cosas del tal manera que nadie se dé cuenta de ello, y con esto ha puesto en vigencia leyes, reglamentos, decretos, resoluciones y sentencias que son inconstitucionales, puesto que el Estado Venezolano, constitucionalmente no está declarado como un Estado Socialista, pero esta gravísima situación a la mayoría de los venezolanos, pareciera no importarle, y ha dejado que el gobierno nacional actúe al margen del Estado de Derecho e implante de facto un sistema socialista en contraposición a un sistema democrático y plural constitucionalmente establecido.
Lo que la burocracia socialista hace actualmente al movimiento sindical, pareciera solo ser percibido, por los dirigentes de los sindicatos independientes, democráticos y autónomos y por muchos trabajadores.
 La mayoría de los trabajadores,  no se ha dado cuenta, que el ataque a la institución sindical, significará en el corto, mediano y largo plazo, una merma considerable de sus derechos laborales, pues es la institución sindical surgida de la masa obrera y no de alguna legislación sea burguesa o socialista, la que luchó y permitió que las condiciones de trabajo y de remuneración, mejoraran significativamente, en beneficio de los trabajadores.
Cuando algunos trabajadores, centran su atención en lo urgente, como por ejemplo el pago de un aumento salarial o de alguna reivindicación, y deja de lado la necesaria defensa de la institución sindical independiente y autónoma; solo está asegurando el pan para el día de hoy, pero el hambre propia y de sus familiares para el futuro.
Aún se está a tiempo, para que todo el movimiento sindical, todavía autónomo, independiente y democrático, deje de lado las clásicas diferencias inter-sindicales e intra-sindicales, y conforme un solo bloque de lucha unitaria, contra la burocracia socialista y contra el Estado Patrono Represor, para seguir luchando por dos objetivos de la clase trabajadora que son: el logro de mejores condiciones laborales y la preservación para su defensa de la institución sindical.
A la bota militar socialista, poco le importa la desaparición de los sindicatos, a quien debe importarle, por ser necesarios es a los trabajadores, pues son éstos quienes le dan el sustrato indispensable para su preservación, sí se sigue permitiendo que los sindicatos autónomos e independientes sean neutralizados o eliminados por la burocracia socialista frente a la indiferencia de sus afiliados y del movimiento sindical en general; luego vendrá el silencio y después la explotación laboral exacerbada en grado superlativo, como ya está ocurriendo en las empresas estatizadas, o en las empresas de capital chino, brasilero o iraní o en el sector público venezolano.
No será fácil, que muchos vean con el tempo suficiente la dictadura socialista, que poco a poco, pero constante se viene implantando en Venezuela; así como tampoco se aprecia el ataque sistemático hacia la institución sindical plural, democrática, autónomo e independiente, que actualmente preconiza la burocracia socialista; lo que se verá son los terribles efectos que en un futuro causaran tales prácticas, sí la burocracia socialista no es detenida a tiempo.

“Abogado, Trabajador Social, Presidente del SUONTRAJ, Secretario Ejecutivo de la Confederación Latinoamericana de Trabajadores del Poder Judicial y Coordinador de la Red de Judiciales de la Sub-Región Andina de la Internacional de Servicios Públicos (ISP)