Arlina Gorrín trabajó por 32 años en el Poder Judicial, y como es lógico pensar, aspiraba a una jubilación con un sueldo digno, pero su participación en una protesta de trabajadores el 18 de noviembre pasado, le significó el despido de su puesto de asistente de tribunal.
La historia de la señora Gorrín es compartida por 17 trabajadores más de los tribunales laborales de Caracas, quienes también participaron en la manifestación de noviembre.
Entre los despedidos hay archivistas, auxiliares administrativos, secretarias, y abogados asistentes, que fueron calificados por la Dirección Ejecutiva de la Magistratura (DEM) como "personal de confianza".
Los trabajadores despedidos se concentraron ayer frente a su antiguo sitio de trabajo en la avenida Urdaneta a reclamar su reenganche. Explicaron que para ser despedidos tenían que haberle abierto procedimientos administrativos, pero se obvió ese trámite.
Los afectados señalaron al presidente del Circuito Laboral de Caracas, Marcial Mundaraín y a Francisco Ramos (director de la DEM) de aplicar "terrorismo" a los trabajadores.
FUENTE: EL UNIVERSAL (Venezuela)