Por: Luis Martín Galviz (*)
Los trabajadores y trabajadoras judiciales, que laboran en los diferentes Palacios de Justicia, Tribunales, Circuitos Judiciales y dependencias administrativas del Poder Judicial de la República Bolivariana de Venezuela; hoy en día están siendo explotados laboralmente, por la expresión del Estado- Patrono, denominada Dirección Ejecutiva de la Magistratura (DEM).
La esclavitud, modernamente llamada “Trabajo Asalariado”, que no es más que la explotación del hombre por el hombre, campea a su anchas en las relaciones de trabajo, que impone la DEM a su miles de trabajadores y trabajadores, que le venden su fuerza de trabajo, por un salario o sueldo, siempre insuficiente, e importando poco el desgaste humano, que ello implica.
Rostros temerosos, tímidos y desconfiados, se observan en los Despachos Judiciales; el intercambio entre compañeros de trabajo, se encuentra prohibido; las risas y las alegrías, poco a poco, pero de manera sostenida, están desapareciendo de los sitios de trabajo del personal judicial.
El deporte institucional, fue eliminado, y cuando son los propios trabajadores, que con recursos propios organizan encuentros deportivos, sufren cualquier cantidad de obstáculos para su realización, el principal de esos obstáculos es la falta de permiso remunerado, para asistir a las actividades deportivas.
Por la imposición de la reducción de la jornada de trabajo, a cinco horas continuas, y sin períodos de descansos, todos los permisos de cualquier naturaleza, están prohibidos, entiéndase están prohibidos los permisos para la lactancia materna, para estudios, para actividades deportivas, para actividades académicas, para asistir a las reuniones escolares de los hijas e hijos, para asistir a los actos de grado o graduación de los propios trabajadores y trabajadores o de sus hijos e hijas, en fin cualquier tipo de permiso.
Los reposos médicos, que presentan los trabajadores y trabajadores, cuando se encuentran enfermos y enfermas, son sometidos a un anti ético control, pues por lo general los lapsos de reposo prescritos por los médicos tratantes, son disminuidos en forma considerable, por el Servicio Médico de la DEM.
Un sector de trabajadores, terriblemente explotados, lo constituyen, el propio personal de seguridad, que es obligado a laborar una ilegal “jornada nocturna” que no le es remunerada, en cuanto a sueldo y bono nocturno; dado que dicho bono no se les paga, alegándose que en la DEM y en el Poder Judicial, no existe jornada nocturna; pero igual se le impone al personal de seguridad que deben trabajar guardias de 12 x 48 horas, que conlleva el trabajo nocturno.
En cuanto a los conceptos salariales, como horas extras, guardias, días de descanso, feriados y días no laborables; no los pagan, sin embargo el que no cumpla con ese trabajo fuera de la jornada laboral y legal, es amenazado con ser despedido, destituido, removido o retirado del trabajo, por los diferentes representantes del Estado – Patrono.
Existen Despachos Judiciales, en lo que los trabajadores y trabajadoras, son despojados de sus teléfonos móviles o celulares, al inicio de la jornada de trabajo; y le son devueltos al finalizar la misma; y queda a la discrecionalidad del jefe de despacho, concederles el teléfono fijo del Tribunal, par recibir o hacer llamadas a familiares.
En otros Despachos Judiciales y centros de trabajo, los supervisores inmediatos, llevan un registro del número de veces que un trabajador o trabajadora va al baño, a realizar sus necesidades de tipo fisiológico
Las vacaciones anuales, que son un derecho constitucional, ya no son disfrutadas por los trabajadores y trabajadores judiciales, al cumplimiento del año de labor, tal como lo establece, la Constitucional Nacional. La Ley Orgánica del Trabajo y la Convención Colectiva vigente; sino que son obligados a tomarlas bajo pena de sanción disciplinaria, en los meses de agosto-septiembre, durante el ilegal receso judicial, que ya se ha hecho costumbre, es decretado por las autoridades de la DEM.
También los trabajadores y trabajadoras, son obligados a laborar en sedes inseguras como por ejemplo los pisos del 11 al 18 del edificio José María Vargas, mejor conocido como “pajaritos” entre otras muchas sedes, donde no funcionan los baños, los aires acondicionados, las escaleras de emergencias, los primeros auxilios, y demás violaciones a la Ley Orgánica de Prevención y Condiciones del Medito Ambiente del Trabajo.
Los derechos colectivos, como por ejemplo el de participar de manera activa de las acciones y asambleas convocadas por las organizaciones sindicales, están dentro del catalogo de prohibiciones impuesto por la DEM; el trabajador o trabajadora que incumpla esas prohibiciones, es anotado en una lista, para ser removido y retirado de su puesto de trabajo, por supuesto en forma injusta y arbitraria.
El derecho humano a la Libertad Sindical, se encuentra severamente afectado, y ello es evidente con las remociones y retiros, de las que han sido objetos directivos sindicales en funciones, sin que se le hubiere respetado el Fuero Sindical ni la Inamovilidad Laboral que los amparaba.
El pueblo electoral, que sufragó en las elecciones presidenciales de 1.998, dentro del cual seguramente se encuentra un importante número de trabajadores y trabajadores judiciales; al observar lo que viene ocurriendo en la Dirección Ejecutiva de la Magistratura, pierde su esperanza, ante la posibilidad de un País y un Mundo mejor.
Poco a poco se ha ido enquistando en altos puestos públicos, una alta burocracia estatal, con altos sueldos, que en nada se diferencia a la alta burguesía que explota al pueblo trabajador y humilde; mientras los trabajadores y trabajadores, siguen viviendo en sus mismas humildes y modestas viviendas; la alta burocracia, se muda para las urbanizaciones de la alta burguesía criolla, como Cumbres de Curumo, Alto Hatillo, La Lagunita Country Club y otras por el estilo.
Mientras la alta burocracia estatal, se transporta en vehículos modernos y blindados y con escoltas pagados con dineros públicos; los trabajadores y trabajadoras, viajan en El Metro y camionetas por puestos, expuestos a los peligros de la inseguridad reinante en las calles, de cualquier ciudad, pueblo o vecindad de Venezuela.
Esa alta burocracia estatal actual, lejos de ser revolucionaria, es reaccionaria y contrarrevolucionaria; esperando a lo mejor, un cambio de timón, en el que dejarán de ser altos burócratas del Estado – Patrono, y se convertirán en altos burgueses, devenidos en capitalistas gracias a los dineros públicos, hoy en día a buen resguardo por testaferros.
Sea la alta burocracia del Estado – Patrono o sea la alta burguesía criolla, por igual explotan al pueblo trabajador, dentro del que se encuentran los trabajadores y trabajadoras judiciales de Venezuela.
Emulando a Martín Luther King, hay que tener el sueño, que algún día, no muy lejano, la clase trabajadora, ya no será explotada, y que unida y organizada, forjará su propio destino, y vivirá sin miedo y dignamente de su trabajo.
Seamos trabajadores y trabajadoras judiciales dignos, no esclavos de los explotadores, públicos y privados.
La consciencia acerca de la problemática que afecta a los trabajadores y trabajadoras judiciales, la unidad y organización de la clase trabajadora, permitirá la liberación de la explotación en el trabajo: Nunca hay que resignarse a ser esclavo de un patrono, sea cuál sea éste.
(*) Abogado, Trabajador Social, Presidente del SUONTRAJ,
Coordinación de la Red Andina de Trabajadores y Trabajadoras Judiciales.